Llegué a casa empapado, y no había nadie. Las luces estaban apagadas y la radio prendida; sonaba Oasis mientras prendía la PC para ver si estabas online. Quería que me des una explicación coherente de ese distanciamiento.
No nos dijimos nada, ni siquiera pudimos despedirnos, porque siempre estuvo en nosotros entendernos sin hablar. Pero esta vez necesitaba hacerlo.
¿Cuando paso, que no me di cuenta? ¿Por que?
Nunca resolvimos nada y no vamos a hacerlo. Estoy acá pensándote, como lo hago todas las noches parecidas a esta, mirando tu nombre y tomando algún que otro trago.
Todo concluirá cuando una noche cualquiera nos encuentre de nuevo en algún lugar oscuro de esta ciudad, para decirnos definitivamente adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario