03 septiembre 2013

Mambo.

Tengo mas de un día en 24 horas. Tengo que contestar cada 3 horas la misma pregunta, y repito sin pensar siempre la misma respuesta. A veces con un pucho, a veces con un café y otras simplemente detras de una pantalla. Como ahora, va.

"¿Y, que paso?""Che, ¿se dejaron de seguir?""A mi me lo contó Ayelen""Ya se que no queres hablar del tema mucho pero, ¿como andas con todo ese mambito?"

Pregunta por pregunta. Llanto por llanto. Superación actuada.
Todo lo hago a propósito; se me es mas fácil largar toda la mierda cada vez que tomo demasiado vino y no vivir el día a día gritando que te odio cada vez mas.

No puedo creer nada de lo que paso. Te pensé en tantos té de tilo. Te fumé mas de 1000 veces. Te veía en todos lados, y en los que no tenían nada que ver con vos, le buscaba cualquier relación para no salir de la rutina. No podía parar de creerte aunque digas una pavada tan grande como que te parecía genial la tercera temporada de Glee. Y era tan sensual que me creyeras a mi también cuando decía que "el próximo lunes arranco el gim".

Todas estas cosas las repasé, las recordé y también traté de encontrarle algún tipo de sentido. Obviamente, no lo pude hacer. No pude encontrar nada mas que odio.

"Poder decir adiós es crecer" dice alguien por ahí. Y yo ni te había dicho hola, que ya habías tirado todo a perder.