14 febrero 2012

Vespertinidad

Una resaca vespertina mezclaba ideas de la noche anterior. Muchas preguntas iban y venían, confundiendo mis pensamientos. No tengo bien clara mi mente. Lo que hacia unos diás pensaba se fue cayendo lentamente.
Tomo un vaso de coca, miro mi celular y no había rastros de nada. Estaba feliz por eso, aunque me bajoneaba el hecho de mirar a los costados de la cama y no encontrar a nadie.
Algunas personas son desagradecidas con la vida: tienen todo lo que buscaron por mucho tiempo pero lo arruinan por una noche.
¿Como iba a pensar eso de vos? Si me explicaste como eran las cosas, si me guiaste por buenos caminos, si me aconsejaste que hacer con mi vida miles de veces. No te juzgo por los actos; me pone mal que todo se te haya ido de las manos y que pienses que vas a caer siempre parado. Me desilusionaste, como persona, como terapeuta, como muchas cosas.
Nadie es lo que dice ser, ni lo que uno piensa que es. La gente cambia a cada minuto, y por eso voy a dejar de querer aprender de aquellos que toman y dejan personas solo para divertirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario