02 noviembre 2011


Sabemos cuando algo comienza. Sabemos cuando el telon se abre y cuando el tren comienza a marchar. Nos damos cuenta; la historia nos dice: "Habia una vez"

Nunca sabemos cuando va a tener fin esa historia. Hasta que ese momento pasa.
Ahi no hay nada que valga. Intentaste frenar esto a la mitad millones de veces y no pudiste. Ahora el freno se pone solo y no tenes nada que hacer.
No fui yo, no fuiste vos. Quien diria que ese "destino" del que hablan todos iba accionar de una vez por todas en mi vida.
Miro el techo, pienso... "no pasa naranja".
Recuerdo. Una canción vieja, de nosotros.

Tu mama, tu abuela, tu tia la mas chusma o la vieja del almacen del barrio alguna vez lo dijo: "Que se le va a hacer, es el destino". Lo dicen ellas, pero no yo. No creo en el, nunca crei. Nadie esta destinado a nada.  
¿Estoy loco, decis? No, me aferro a este como excusa de esta despedida que nunca nos dimos. Nos hablamos, nos miramos, bajamos la mirada y... ¿ese fue el adios?

"Esos dolores dulces", despedidas. Finales nunca previstos. Nos arrancan de raíz, nos derrumban en un segundo. Y la clave esta en dejar que todo se vaya, para que algun dia vuelva; dejar que todo termine para que otra historia vuelva a comenzar; o lo que mas me produce este sentimiento raro pero satisfactorio: recordar. Volver a pasar por la memoria y por el alma.

Porque aunque no estes hoy aca, aunque la "despedida" ya estuvo, aunque el "fin" ya se produjo y el destino actuó, aunque esto y miles otras de cosas, te sigo encontrando: en canciones, en fotos, en peliculas, en esto y en lo otro.

Y aplico este metodo con vos, y con la vida. Dejarte ir, recordar. Vivir sin reconres, ser feliz.

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