17 agosto 2010

Con un tres de copas

No entiendo porque pasa eso. No entiendo los si, no entiendo los no. No entiendo el porque de mi desconcentración, de mis ganas de nada, de mis ganas de solamente disfrutar y de dejar todas mis responsabilidades de lado, hundiéndolas, para vivir la simple vida como quiero y NADA MAS. Eso sería divertido, aunque un poco inmoral.
¿Quien escribe las reglas? ¿Quien dice lo que hay que hacer? Es obvio que sin reglas es todo mas fácil, pero ¿se podría vivir sin reglas? ¿se podría vivir haciendo lo que cada uno quisiera? Negativa es la respuesta, como siempre.
Es que no se, son estas ganas locas de vivir la vida, apostando a todo solo por apostar, y en una de esas ganar. No puedo, no puedo, no puedo parar de pensar. Amar, reír, sentir, gritar, bailar, cantar, saltar, buscar, dudar, encontrar, seguir, parar. Uno, dos, tres, cuatro. Pasan los días y quiero salir de esta inmunda rutina. Siempre lo mismo, siempre cansancio. ¡Me canse de cansarme!
¿Y ahora que mierda hago? Ahora que jugué, que perdí, que gané, que empaté. Que hago con tu odio, con tu orgullo, con todo eso que gané subestimandote y hablando de mas.
Antes mi rutina no me cansaba, me encantaba. Ahora sin vos es todo distinto; ya no tengo una historia por la cual preocuparme, ya di la mano final y la perdí. ¿Y? Solo quiero seguir sin nada mas que me frené. Pero las reglas me frenan, hacen todo muy pesado y no puedo jugar mas. ¿O si?
Me prometo nuevamente cumplir con las reglas, pero no con vos, vos sos parte de no cumplirlas. Ya te dije adiós, esta mas que claro. Ahora a cumplir, y después, a ganar.
Con un ancho de espada pretendí ganar la partida, pero aprendí que no se necesita lo mas alto para lograr todo lo que uno quiere. Con un tres alcanza.

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