17 agosto 2010

¿Cuanto mas?

Tardes grises y frías. Historias ya contadas, pero que se vuelven a repetir. Sueños ya rotos, ya vencidos, pero de los que volvemos a hablar siempre. Miradas inquietantes, algo deprimidas. Un vaso vació que nadie se atreve a llenar. Una botella con penas ya ahogadas. Una lista de canciones, esas que nunca pasan de moda.
Poco a poco voy agotando las posibilidades, cada vez me quedan menos, cada vez sufro mas.
Me acuerdo cuando empezó todo; era una noche completamente distinta a esta. Calor, verano, alcohol, adrenalina, música, estrellas, botellas por doquier. Empecé ese día; no sabia lo que era pero me animé y me tire a la pileta. Desde lejos de veía llena, rebalsada de agua; con el tiempo me di cuenta que estaba vacía y choque contra el piso, caí de boca, pero nunca sangro mi cara, el corazón sí.
Poco a poco fuimos caminando la ruta de no sabíamos bien que, porque nunca tuvimos un destino claro, pero caminamos, sin mirar atrás. Nos olvidamos de algo, ¿no?. Mirar hacia adelante!
Quisimos disfrutar tanto el camino, el presente, que nos olvidamos de ponernos a pensar en lo que seguía, en lo que dirían, en lo que nos causaría todo. Entramos en un juego de a dos, solo dos. Un juego sin meta alguna, un juego en el que se jugaba por jugar, viviendo la vida con esas ganas locas, apostando cada vez mas. ¿Que paso? No le prestaste atención a varias jugadas, perdiste varias partidas, y cuando apostaste tu ultima ficha, no viste ni analizaste que podría pasar si apostabas, si movías, si pedías la mano, o que. Y no entiendo como una persona tan viva se convirtió en ciega, cerro los ojos y avanzo sin pensar.
Yo que pensé que me habías enseñado eso, a pensar antes de actuar, a mirar el camino antes de entrar; el juego termino. Fueron mis palabras, tus palabras. Lo aceptaste y nunca mas quisiste jugarlo. ¿Que paso? ¿Tenes miedo a perder de nuevo? ¿Pensas que solamente vos perdiste? No te creas, yo perdí y mucho. Ya sufrí, ya llore, ya rezé a quien sabe quien, ya intente reanudar la partida, ya encontré la clave, ya invente la historia, ya removí cementos, ya intente mirar el vaso medio lleno pero no pude, esta vació.
Y es eso lo que siento en estas noches, cuando cuento estas historias; VACIO. Cuando esta todo bien, cuando vivo la vida "feliz", cuando no quiero pensar en nada, ahí es cuando llega. Nudos en la garganta, ganas de gritar y no poder hacerlo, ganas de rebelarse, de salir de la cárcel, de decir verdades, de abrirte los ojos, de volver a jugar y no tener quien quiera ser mi "contrincante". Jugar solo; ¿podre?. Contarme la historia a mi mismo; ¿podre?. Salir de la cárcel, gritar, desaflojar la garganta; ¿podre?. ¿Con ayuda?
No creo, no quiero ayuda, quiero salir yo mismo, quiero liberarme. Y no voy a hacer la estupidez de "un clavo saca otro clavo"; aunque lo he intentado, cada uno de los clavos oxidados están, y de nada me sirven. La solución esta en otro lado, en otro lugar, en otro aire. Y no se cuantos inviernos mas voy a tener que seguir contando la historia, cuantos vasos vacíos mas la mesa va a soportar. ¿Cuanto mas rencor, cuantas mas canciones que recuerden esta historia, cuantas mas botellas llenas de penas? ¿Cuanto mas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario